jueves, 5 de marzo de 2009

Donde No Pueda Ver la Luz Del Sol...


Fue tan grande el dolor que sintió cuando quebraron su alma, que pidió que la escondieran donde no pudiera ver más el sol. El daño fue el más grave de todos, provoco cierto ardor en su pecho, tan severo que lo sintió físicamente. De allí que aceptara quedarse en una de las habitaciones que se encontraban cerca del depósito de vino, para intentar cambiar su sangre por tinto y así dejar de sentir. No se cuestionaron sus peticiones, todos sabían que tenía que ser demasiado desconsuelo, para que no se quejara del lugar donde se hospedaría. Necesitaba alejarse del mundo… su mundo. Y nada mejor que el castillito para que la ayudara. No se encontraba en su mejor estado, ella había visto y sentido mejores facetas de aquel lugar, pero en ese instante le pareció justamente un poco más que alentador. Escribió y dejo saber que el dolor no solo se sentía en su pecho, sino también en todo lo que llevaba dentro… era una pena tan grande, que al leerlo se sentía en cada una de las letras… y hasta en los puntos. Tratando de no hacerse con el desespero, quiso con todas sus fuerzas arrancarlo de ella, y perderlo… tirarlo… y no verlo. Entro en un momento de reflexión, considerando tal vez que lo había cultivado… y al preguntarse si lo merecía, solo llegaron a decirle que es todo un reto, el mayor reto de todos los mortales es mitigar ese sufrir. A todo mundo le pasa… solo que a la princesa, por el simple hecho de ser quien es, la marco mucho más. Pero ella para sí misma, no obtuvo ni una respuesta… nada. Sin parar de llorar, olvido que podía dejar que sus lágrimas llevaran consigo el sentimiento que le había hecho sentir que podía tocar el borde y el fondo, y se apoyo en la posición que tenía su habitación, donde no entraban los rayos del sol, para desligarse y no recordar que siempre un nuevo día vendrá… aferrándose a unos cuantos recuerdos sentencio que solo tenía el final más triste de su vida. Y ya… y ya.

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