martes, 14 de julio de 2009

Matando El Tiempo...


Ya no se sabe si trato de matar el tiempo, o es la excusa perfecta para no afirmar que aniquilo otras cosas.


Pensamientos.

Recuerdos que torturan.

Ignorar canciones que amenazan.

Evitar imágenes agobiantes.


Tantas letras que provocan mi ira, que no es más que un disfraz para ocultar una triste realidad.


Soledad que me acompaña.

Locura de mis pasiones.

Deseos irrevocables.

Desquiciantes.

Una mirada perdida.


Paseos por calles familiares que se presentan como algo nuevo.

Concetrancion olvidada en algún trabajo que la requiera.

Ningún alboroto es capaz de obtener mi atención.

Difícil de creer, pero todo parece mas normal de lo que puede ser.

Los colores ya no son iguales.

En mi mente te paseas y no descansas.


Lagrimas que surgen después de una película, que toco mi sensibilidad.


Demasiado susceptible.

Suficientemente lejos de todo para anhelar irme.

Perdiendo interés en lo que me sacaba una sonrisa.

Estados emocionales que varían.

Maldiciones.

Reproches a la vida.

Urgentemente se necesita hablar con el escritor.


Inventando una manera de encontrarle solución a unas cuantas variables que me llevan a perder el control.

Lecturas repetidas de párrafos que no dicen nada, y que no logro descifrar.


Acostarme.

Cerrar los ojos e intentar no darle vuelta a un asunto que desgarra lo poquito que queda de mi corazón.

Despertar.

Intentando alejarme de la rutina.

No es que la vida ya no sea igual, es que ahora me quiere dar lo mismo.

Si están bien, si no, también.

Contar ovejas no ayuda.


Detallar cada cosa hasta lo más mínimo tampoco distrae mucho que digamos.

Leerme hasta las etiquetas pequeñas no hará que me desligue de tu nombre.

El camino a cualquier lugar parece un sueño.

Intento no escuchar tu voz.

Perder los sentidos.


Esforzarme por apreciar mis latidos, tan débiles como ausentes, exigiendo a gritos tu presencia.


Un vacío que se manifiesta en huelga.

Poemas delirantes.

Prosas insultantes que me invitan a buscarte.

Destellos hirientes.

Unas ganas de salir corriendo.

No quiero quedarme a solas conmigo.

Evitar que duela.

Sintiendo sin estar.

Extrañando refugiarme en tus brazos.

Amándote cada vez más.


Y a partir de ahora, mi juego favorito: “matar el tiempo”. Ya que, lo que toca es mantenerme distante.