Me encontré con mi pasado anoche Con capítulos que ya he leído y vivido Me tope con tus sueños nuevamente Y descubrí tu nombre tatuado en mi frente
Me mire al espejo Y de manera contundente Descubrí en mi cuello Las marcas de tus besos
Me encontré con un mundo desierto Un lugar tan diferente Fácilmente se asemeja al cielo
Perdí unos segundos Hurgando en tu mirada Y recordé como deslizaba Mis manos por tu espalda
Recibí refugio en tus labios En la suavidez de tu piel De lo indefenso que era entre tus manos Y lo fuerte que me sentía a tu lado
Olvide cuantas veces dije te amo Añore caminar a tu lado Te busque tantas veces Que termine cansado
Dime a cuantas personas has olvidado? Seguro mucho mas de las que he recordado Pero recordé que nunca me has amado Será por eso que aun no me has olvidado?
Me toca corregir tus errores Arreglar tu pasado Inventar tu presente Quizá nuestro futuro promete
Mi pasado no tiene corrección Por mis errores que gane tu amor Mi presente, hace tiempo que se reinvento Y de nuestro futuro, de eso me encargo yo
que aturde mis oídos. El silencio se hace presente, pero nuestros corazones saben lo que sienten.
Cada latido es un grito desesperado, que aclama pronta atención, está al tanto que falta poco para perder el control.
Una necesidad tan desolada, un vacío tan lleno de nada. Un recuerdo perdido entre las noches y los días.
Una mirada esclava de unos ojos que ya no aprecian la vida. Un amor por lo ajeno que parece propio.
Deseos, risas y torturas que ayudan a encontrar un camino para hacerle frente a este destino, tan maravilloso como demente.
¡Desquiciante!.
Una boca perturbada, puesto que en el presente la obligaron a decir palabras que te negaban.
Sentimientos gloriosos que ya no regocijan a quién los siente. Una musa tan débil como ausente, que se aferra a tú aroma para saber que aún no muere.
Muchas semanas, pocos segundos. Lágrimas que ya no bañan los párpados con alegría, tan secas como un desierto, como este mundo que ya no existe, pues me he dado a la tarea de no seguir dibujándolo, desterrándonos de la presencia de ese sufrir que ya no duele, mitigando una amargura que desconoces.
En lo sombrío los sueños se hacen dueños de nuestras pasiones, caricias viejas y olvidadas en un gran abismo que nos consume.
No lo pienses demasiado, no quiero verte dudar.
Un mañana que no tendrá siguiente, ya que el momento es hoy… y estamos ausentes, sentenciados a vagar sin un fin.
No habrá merito para quien no se arriesgue. Ya no notas la alborada, no despiertas nuevas emociones en mi ventana.
Queriendo decir tantas cosas y continúas callada. La poesía sin inspiración te aclama.
Acércate lo suficiente, para que puedas entender todo lo que no llega a ver la gente.
Lograste descifrar un misterio… y ya no recuerdas cual era el secreto, lo guardaste demasiado bien en tus adentros.
Lo más difícil es cuando no pueden salir las palabras. Estas de brazos cruzados, aun cuando sientes la necesidad de resolver con algo… idearte un final distinto, otra historia… salir corriendo y dejar atrás a todas tus ideas, una más confusa que la otra… un invento que no deja nada bueno. Parecido a intentar escribir forzando cada letra, para que se combine con otra y formen alguna frase, que terminan en una hoja arrugada y tirada en una esquina, acompañando muchas mas. Así te sentís. Demasiadas preguntas, pocas respuestas… tu desesperación cada vez más grande. Hasta los espacios abiertos te parecen sofocantes… ya no se trata de correr y alejarte. Lo llevas a todas partes… un nudo inmenso que en vez de matarte de una vez, solo llega a torturarte. No es dolor, porque hace un buen rato que dejaste de sentir… ¿Lo olvidaste? Mejor no intentes recordar, por algo tu mente decidió dejarlo atrás. Tratas de pensar en algo nuevo y solo aciertas a colocar a varios individuos en una escena determinada, cada uno con problemas diferentes. Una mujer cansada de ser maltratada por su esposo, un drogadicto volado hasta el infinito rechazado por una chica, un cobarde decidido, un apostador necesitado de dinero, y tú con tus diversos conflictos… ni tan grandes, pero conflictos personales. Todos con el mismo disfraz y una pistola, frente a ellos la solución a sus dificultades… la imágenes de frustración empieza a pasar por sus cerebros, cada palabra, acción, gesto que los marco… todo aquello que los haya llevado justamente al lugar donde se encuentran ahora… rabia, desespero, miedo… unos segundos desesperante, en sus manos la llave para desligarse de todo, una escapatoria… ni tan buena y tampoco mala. Desconocen si será para siempre o solo serán unos cuantos segundos de satisfacción… ni idea de lo que vendrá después… cierran los ojos, sujetan el arma mucho más fuerte, para que no resbale de sus dedos… sudados por los nervios… es ahora o nunca. Un respiro profundo… y ya luego no sabes que paso, quien fue el que apretó el gatillo… el dueño de aquel ¡Bang! Tan seco como un desierto. Solo uno tuvo el coraje para mandar al infierno la causa de su amargura. Si quitamos la mascara de aquel que soltó la bala… dime… ¿Quién seria?
Fue tan grande el dolor que sintió cuando quebraron su alma, que pidió que la escondieran donde no pudiera ver más el sol. El daño fue el más grave de todos, provoco cierto ardor en su pecho, tan severo que lo sintió físicamente. De allí que aceptara quedarse en una de las habitaciones que se encontraban cerca del depósito de vino, para intentar cambiar su sangre por tinto y así dejar de sentir. No se cuestionaron sus peticiones, todos sabían que tenía que ser demasiado desconsuelo, para que no se quejara del lugar donde se hospedaría. Necesitaba alejarse del mundo… su mundo. Y nada mejor que el castillito para que la ayudara. No se encontraba en su mejor estado, ella había visto y sentido mejores facetas de aquel lugar, pero en ese instante le pareció justamente un poco más que alentador. Escribió y dejo saber que el dolor no solo se sentía en su pecho, sino también en todo lo que llevaba dentro… era una pena tan grande, que al leerlo se sentía en cada una de las letras… y hasta en los puntos. Tratando de no hacerse con el desespero, quiso con todas sus fuerzas arrancarlo de ella, y perderlo… tirarlo… y no verlo. Entro en un momento de reflexión, considerando tal vez que lo había cultivado… y al preguntarse si lo merecía, solo llegaron a decirle que es todo un reto, el mayor reto de todos los mortales es mitigar ese sufrir. A todo mundo le pasa… solo que a la princesa, por el simple hecho de ser quien es, la marco mucho más. Pero ella para sí misma, no obtuvo ni una respuesta… nada. Sin parar de llorar, olvido que podía dejar que sus lágrimas llevaran consigo el sentimiento que le había hecho sentir que podía tocar el borde y el fondo, y se apoyo en la posición que tenía su habitación, donde no entraban los rayos del sol, para desligarse y no recordar que siempre un nuevo día vendrá… aferrándose a unos cuantos recuerdos sentencio que solo tenía el final más triste de su vida. Y ya… y ya.
Amante de La: Música, Poesia, Ecritura, Lectura (Todo Aquello Que Motive e Inspire a Seguirle, estudiarle, Comprenderle)... Estudiante De Comunicación Social..